Será que estas fechas a todos nos ponen un poco melancólicos, que pareciera que es casi una obligación realizar un balance de lo que ha ocurrido a lo largo del año que se está marchando.
Cuesta resumir el año en unas pocas líneas, pero no podemos dejar de pensar que ha sido el «año viajero» más especial que hemos tenido hasta ahora. No hay viajes más importantes que otros, pero sí viajes que nos cuesta más concretar, o que conllevan un tiempo prolongado de preparación, y el día que conseguimos realizarlos nos hacen sentir… ¡felices!
Eso nos ha pasado este año… después de muchísimo tiempo de planearlo y soñarlo, viajamos al Sudeste Asiático, y ese sin duda ha sido el gran viaje del año para nosotros.
Tanto planear, tanto proyectar, tanto imaginar… que en el momento menos pensado, EL GRAN DIA llega.
Pisamos el continente asiático por primera vez en Kuala Lumpur. Más de un día de viaje para llegar a una Malasia que nos recibió con gente más que amable, y que fue ideal para tener nuestra primera aproximación a oriente.
Luego llegó el turno del clásico asiático: Tailandia. Si bien nos pareció demasiado explotado turísticamente, encontramos algunos rincones que fueron de lo mejor del viaje.
Birmania (actual Myanmar) era un gran signo de preguntas en un principio. Era al único país que teníamos obligación de entrar por aire, con pasaje de salida confirmado, y dudábamos de si estaba bien el tiempo que le habíamos destinado.
Hoy podemos decir que fue el país que más nos impactó del Sudeste Asiático. Su población es increíble, e igual de increible es la opresión que viven de parte de su gobierno. Nos hubiese gustado poder recorrer el país mas días. Ojalá cuando volvamos, las cosas allí sean diferentes, y ese es uno de nuestros mayores deseos para este nuevo año: un cambio (a fondo y de verdad) para Birmania y su gente.
Habíamos leído que Laos tenía otro ritmo, y lo comprobamos apenas pusimos un pie en tierra laosiana. Viniendo de Tailandia, costaba un poco acostumbrarse a la lentitud de este nuevo país, pero pocos días más tarde, la no-vorágine de este pueblo nos contagió y nos enamoró hasta tal punto de convertirse en nuestro sitio preferido del viaje.
Si hay un país del cual lamentablemente habíamos leído mucho, ese es Camboya. Y digo “lamentablemente” porque la cantidad de material bibliográfico se debe a hechos muy tristes y totalmente repudiables que ha vivido el pueblo camboyano en su historia reciente. Paradójicamente a lo que cualquiera imaginaría, allí encontramos la mayor cantidad de sonrisas de los 4 meses. Como contrapartida, tampoco podemos olvidar que recorrer las ruinas de los templos de Angkor, buscando los sitios menos visitados, ha sido sin dudas una de las mejores experiencias del viaje.
De Vietnam habíamos leído muchas críticas negativas, pero quisimos verlo con nuestros propios ojos. Tuvimos experiencias de todo tipo. Y con “de todo tipo” estoy siendo más que literal. Uno nunca cree que pueden pasar ciertas cosas hasta que llega a Vietnam. Mirando hacia atrás, quizás hubiésemos preferido terminar el viaje en otro sitio, pero aún así, este país tristemente famoso por la guerra, nos dejó su marca. Si hay algo que podemos dar por sentado, es que Vietnam no deja a nadie indiferente.
Y después de 4 meses “asiáticos”, nos tocó volver a la vida cotidiana, procurando siempre que fuese posible, realizar alguna escapada a sitios cercanos, como Córdoba o Capital Federal.
Hay una forma de viaje que particularmente nos gusta mucho, y no podemos excluir de este balance, porque nos permite estar en contacto permanente con la naturaleza, y se trata de los viajes en carpa. Este año lo disfrutamos en el viaje a Chile a principio de año, donde acampamos en dos parques nacionales: el Radal 7 tazas y el Parque Nacional Conguillio.
Viajar por Chile en carpa fue increíble, y tanto nos gusta esta metodología, que decidimos, de manera totalmente improvisada, pasar el ultimo día del 2012 en Victoria, Entre Ríos, acampando, para despedir el año en total sintonía con la naturaleza de nuestro río Paraná y sus islas.
Y así pasó un 2012 con muchos viajes, pero principalmente, con muchos proyectos cumplidos, por lo cual estamos más que agradecidos.
Veremos que nos depara este 2013… Por lo pronto, siempre seguiremos no sólo soñando con nuevos destinos, sino haciendo todo lo que podamos para convertirlos en hechos… Al fin y al cabo, como bien dice Laureano: “no existen viajes imposibles, sino personas impacientes”
FELIZ AÑO NUEVO PARA TODOS!! Y BUENOS VIAJES!