Mendoza, conocida como la tierra del sol y del buen vino, recibe visitantes de todo tipo durante el año.
Los que van de viaje a conocer la capital y a realizar el circuito de alta montaña.
Los que quieren visitar bodegas y degustar buenos vinos.
Los que sólo desean esquiar en alguna de las muchas pistas que ofrece esta provincia durante el invierno.
Los que buscan practicar deportes de aventura.
Incluso tambien los que sueñan con hacer cumbre en el Aconcagua.
San Rafael, el Cañón del Atuel, Puente del Inca, Potrerillos, Las Leñas, Uspallata.
Todos (los argentinos al menos) oímos hablar de esos lugares alguna vez.
Pero hoy vengo a mostrarles un lugar que no arrastra la fama de sus vecinos.
Más alejado. Menos conocido. Pero una excelente opción para hacer base durante un par de noches si nos encontramos en el sur de la provincia mendocina.
Se trata de los Castillos de Pincheira. ¿Escuchaste alguna vez nombrarlos?
¿Qué encontrarás en este artículo?
Castillos de Pincheira: cómo llegar
Se ubican 27 kilómetros al oeste de la ciudad de Malargüe. Distancia suficiente para poder sumergirnos en un espacio natural, lejos de la civilización.
Colabora el hecho que el camino sea de ripio. El bendito ripio, tan odiado por muchos, y tan amado por otros, entre los que me incluyo. Ya lo comenté cuando hablé del camino complicado de ingreso a los Esteros del Iberá. El camino de tierra permite ir más despacio, parar más seguido para hacer fotos, estar más en contacto con el entorno, y sobre todo, lo hace menos accesible y por ende, más exclusivo de los que se animan a llegar hasta ahí.
Hay tantos lugares que no serían lo mismo si llegar a ellos fuera tan fácil como conducir por un camino asfaltado, ¿no creen?.
Cuando nos estamos acercando, empezamos a comprobar que el paisaje es diferente a lo que habíamos visto en esta provincia (¡que ya es mucho decir!).
Tenemos que tener en cuenta que si venimos hasta acá, es porque nuestro objetivo es descansar, hacer trekking por la montaña y estar en contacto pleno con la naturaleza. Y por qué no, comernos un chivito asado.
Si la idea es estar cerca de la movida nocturna o que haya algunos bares para salir de noche, mejor rumbear para otro sitio (en este caso, una buena opción sería dormir en Malargüe que cuenta con muchos hoteles y cabañas lindos, y visitar los Castillos de Pincheira durante el día).
A los Castillos de Pincheira se viene a estar lejos de todo, sin prisas, en medio de la montaña.
[Al final del post, está toda la información útil para llegar a los Castillos de Pincheira con mapa incluído]
Llegada a los Castillos de Pincheira
Cuando llegamos había bastante gente (familias en su mayoría) pero ninguna carpa.
Era sábado, asi que creímos que todos disfrutarían del sol de la tarde y armarían sus aposentos luego.
Elegimos un buen lugar para instalarnos, armamos el campamento, calentamos agua, y nos dispusimos a aprovechar las horas que quedaban de sol con unos buenos mates, cerca del arroyo. El entorno es hermoso.
La zona es un área natural protegida.
La erosión continuada, con el paso del tiempo, dio lugar a estas formaciones geológicas que asemejan ser castillos, con sus torres de 60 metros y todo, que dan nombre al lugar.
Sabemos porqué les dicen Castillos, pero ¿por qué Pincheira?. Al parecer, este rincón de Mendoza esconde unas cuantas historias.
¿Por qué Pincheira? Breve historia y leyenda de los Castillos de Pincheira
Que se llamen «Castillos de Pincheira» y no de cualquier otro, se debe a que según cuenta la leyenda, este lugar sirvió de refugio a cuatro hermanos de apellido (¿adivinan?) Pincheira, allá por el 1817.
Pero estas personas tuvieron una vida un tanto particular.
¡Algo habrán hecho para que les pongan su nombre a unos castillos! ¿no creen?
Y efectivamente, algo hicieron.
¿Quiénes eran los hermanos Pincheira? Los Pincheira eran líderes de una famosa banda de la región, que se oponían a las ideas de independencia de la época, y luchaban a favor de la monarquía. Educados por frailes franciscanos, para la gente de la zona era su deber de cristianos defender al rey, y así fue como se armaron y lucharon por sus principios, contrario al de los patriotas.
Al grupo formado originalmente por campesinos, se le fue sumando gente de todo tipo: buscados por la ley, perseguidos por los patriotas, y también bandidos.
Así el grupo creció y se hizo fuerte, a tal punto que se dice que llegaron a ser más de 500 hombres a caballo, pero siempre en la más alta jerarquía de mando se encontraban los hermanos de esta famosa y temida familia.
Durante 15 años, asaltaron y saquearon a cambio de recompensas (algunas versiones dicen que lo que obtenían lo repartían entre los pobres al mejor estilo Robin Hood), pero su principal objetivo era defender la autoridad del rey en la región.
Y en estas formaciones, que parecen castillos, los hermanos se ocultaban y escondían a sus tropas.
Podés leer más sobre los hermanos Pincheira en éste link de wikipedia.
Acampar en los Castillos de Pincheira: ¡qué frío!
Al caer la tarde, la gente empezó a retirarse y de un momento a otro, quedamos completamente solos. Nos resultó extraño, pero nos dio una sensación aún mayor de paz.
Las personas que administran el camping nos consultaron sorprendidos sobre nuestras intenciones de acampar. Era abril. Horas después descubriríamos porqué eramos los únicos durmiendo en aquel lugar, aquella fría (MUY fría) noche.
Si hubo un protagonista en aquella acampada fue el frío. Pero no cualquier frío, sino ese que te congela hasta los huesos. Después nos enteraríamos que aquella noche soportamos 4 grados bajo cero, en una sencilla carpa de verano (sí, nosotros precavidos ante todo).
Al igual que cuando dormimos en aquella hamaca del Parque Tayrona, le rogué al sol que se apure y que el amanecer llegue antes de lo debido.
Hasta que finalmente, amaneció.
Hubiera preferido que amanezca a las 2 de la madrugada, pero el sol se hizo rogar y no nos alumbró hasta las 7.
El paisaje a esa hora parecía incluso mejor que el del día anterior.
Caminata hasta los Castillos de Pincheira
Desayunamos y mate en mano nos fuimos a recorrer el lugar.
Poco a poco, el sol comenzaba a calentar.
El predio estaba desierto (de no ser por nosotros), y el silencio solo era interrumpido por el grito de algún pato o el trotar de los caballos.
Para llegar a “los castillos”, atravesamos un puente de madera que cruza el transparente río Malargüe.
Al otro lado, iniciamos la caminata.
A medida que ganamos altura tenemos una maravillosa vista del camping y el río.
Al acercarnos a las formaciones naturales, los 60 metros de altura de las torres se hacen más imponentes, y vemos que hay cuevas a las que podemos entrar.
Justamente estos paredones rocosos de difícil acceso eran usados por aborígenes con fines defensivos: en las zonas aledañas se han encontrado restos de puntas de flechas y cerámicas que ellos utilizaban.
Llegados hasta aquí, estamos ante un lugar que es una excelente opción para descansar, aprovechar la sombra que nos regala la cueva para cubrirnos del sol y disfrutar desde lo alto del hermoso entorno que nos rodea.
INFORMACIÓN ÚTIL PARA VISITAR LOS CASTILLOS DE PINCHEIRA
Cómo llegar a los Castillos de Pincheira: Primero hay que llegar a la ciudad de Malargüe, al sur de la provincia de Mendoza. Una vez allí, hay que girar hacia el oeste en la calle Fortín Malargüe y continuar por camino de ripio durante 27 km. A mano izquierda encontraremos el camping, a la margen del río Malargüe. Si van en transporte público, acá pueden mirar los buses que van a Malargüe según desde donde viajen.
Dónde dormir en los Castillos de Pincheira: la única posibilidad que vimos es la de acampar. El camping cuenta con parrillas, baños con agua caliente (muy necesaria!), mesas y sillas, luz eléctrica, juegos para chicos y pileta de natación para los días de verano. Otra opción si no se quiere dormir en el lugar, es ir sólo a pasar el día y alojarse en Malargüe.
Dónde dormir en Malargüe: Malargüe es una excelente ciudad para hacer base cuando se viaja por el sur de Mendoza. No sólo se pueden visitar los Castillos de Pincheira desde acá, sino también un montón de otros lugares interesantes, como por ejemplo Las Leñas (que en verano es más linda que en invierno). En Malargüe hay varias opciones de alojamiento. Encontramos desde el típico hotel como éste, hasta alojamientos divinos con un hermoso entorno y precio muy accesible como éste. Si van en familia, posiblemente les convenga alquilar alguna cabaña. En Malargüe hay varias, pero unas que están en un predio precioso rodeado de álamos son éstas, que además están muy bien de precio.
Dónde (y qué) comer: Si estamos acampando, lo mejor y más barato es cocinarnos, sin dudas! Para eso la mejor opción es comprar lo que necesitemos en Malargüe, que será más económico. Pero si nos olvidamos de algo, en el mismo camping hay una proveeduría con cosas básicas para comprar lo que haga falta y si algún día no tenemos ganas de usar la parrilla ni las cacerolas, también hacen algunas comidas, como empanadas. Una opción bastante más cara (pero al parecer muy buena, a juzgar por la cantidad de gente que va en fin de semana) es comer en el restaurant del lugar (llamado Altos Sauces), que se caracteriza por preparar comidas típicas de la región, como el famoso chivito a las brasas. Si se están alojando en Malargüe, hay muchos sitios dónde comer para elegir.
Qué actividades se pueden realizar en los Castillos de Pincheira: principalmente, descansar y disfrutar de la naturaleza. También se pueden realizar trekking para alcanzar la cumbre de los castillos, o realizar cabalgatas por los alrededores.
Recomendaciones especiales: en caso de no ir en pleno verano, y pretender pasar la noche en carpa, llevar el equipo necesario (buena carpa y bolsa de dormir, no como nosotros!), y mucho abrigo.
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