Hace exactamente un año estábamos aterrizando en Budapest por primera vez.
Al bajar del avión, mientras nos abrigábamos – el cambio de temperatura con una Buenos Aires casi veraniega era notoria – nos detuvimos a mirar por los grandes ventanales del aeropuerto. Algo llamó nuestra atención, pero nos costaba creerlo. ¡Estaba nevando! Budapest nos recibió a lo grande.
Viajar a Budapest en otoño
El clima en Hungría, Eslovaquia y República Checa en noviembre – diciembre fue una gran duda al momento de planear el viaje. ¿Cómo sería viajar a Europa del Este en otoño? Buscamos información y leímos muchos blogs, pero la mayoría hablaban de viajes a aquellos países en épocas más benévolas.
Aún así, compramos los pasajes. La suerte estaba echada. Si fuimos capaces de aguantar varios meses el calor pegajoso del Sudeste Asiático, también podríamos sobrevivir un mes al frío de Europa Central.
El otoño en Budapest nos recibió con nieve. Pero fue sólo esa vez, y por poco más de una hora. Después no volvió a nevar durante los cinco días que pasamos en la ciudad. Fue una nevada de bienvenida.
El resto del tiempo disfrutamos de una hermosa ciudad -quizás una de las más bellas que hayamos visto- en pleno otoño, con todo lo que eso significa. De hecho, se convirtió en una de nuestras ciudades recomendadas para viajar en diciembre.
¿Y qué significa el otoño en Budapest?
Que los árboles están amarillos y con tonos ocres, y la ciudad tiene un color único.
Los días son más grises y fríos, pero nada que una buena campera y una bufanda (y en lo posible un gorro también) no puedan remediar.
Significa que hay mucho menos turismo que en otras temporadas. Viajar a Budapest en otoño es alejarse de las masificaciones.
Que los días son muy cortos: amanece a las 7, y a las 5 de la tarde ya es de noche.
Que la ciudad ya se viste de fiesta: luces de colores, árboles de navidad y los mercados navideños al atardecer son los protagonistas si se viaja a partir de mediados de noviembre.
¿Qué hacer en Budapest en otoño?
Caminar mucho. Pasear con frío es mucho más agradable que hacerlo con 40 grados a la sombra, o no? Y si nos cansamos o empieza a llover, el transporte público de la ciudad es excelente y económico (un billete sencillo cuesta 350 HUF, poco más de un euro al cambio).
Madrugar, para aprovechar las pocas horas de luz de esta época del año.
Patinar sobre hielo en una de las pistas al aire libre más antiguas de Europa y más grandes del mundo.
Deambular por los mercados navideños y probar un poco de la mejor street food húngara, aceitosa pero deliciosa!
Aprovechar que es el clima ideal para darse un baño termal en alguno de los famosos balnearios de Budapest, como el de Széchenyi, uno de los más grandes de Europa (viajar a Budapest y no sumergirse en alguno de estos balnearios dicen que es un pecado, aunque debemos confesar que nosotros no fuimos).
Buscar las vistas más lindas de la ciudad desde diferentes miradores, con la ventaja que en esta época la poca vegetación ayuda a contemplar mejor el panorama.
Disfrutar de la exquisita gastronomía húngara. Con frío, el goulash con spaetzle (nokedli) sabe muchísimo mejor de lo que ya es!
Viajar a Budapest es un excelente plan en cualquier época del año. Que el frío del otoño o el invierno, no te hagan descartarla de tu itinerario de viaje por Europa. Como te mostramos, hay detalles que sólo vas a poder disfrutar en esa temporada.
¿Conoces Budapest? ¿en qué época fuiste? ¿la incluirías en un futuro viaje a Europa? ¡Contanos en los comentarios!
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